Aunque no es un restaurante nuevo, hasta hace bien poco no habíamos tenido la oportunidad de probar sus platos. Además de restaurante, se nos invita a participar en cursos de cocina, toda una sorpresa (agradable).
El local está estupendamente decorado, es fácil sentirse a gusto y que te venga a la memoria el último viaje a tierras niponas.
Entre semana, tenemos una carta donde podemos escoger entre una amplia variedad de platos. También es posible degustar cocina kaiseki, bajo reserva previa.
La verdad es que todo lo hemos probado estaba realmente bueno.
Sin duda un lugar a repetir, teniendo en cuenta que es de los pocos sitios en Barcelona donde podemos disfrutar de cocina Kaiseki. El único punto negativo son los horarios, ya que abren de Miércoles a Sábado, con lo que nos quedan pocos días para disfrutar de sue stupenda cocina.